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Facebook, cómprate una vida (que no sea la mía)

La tecnología y las redes sociales nos traen muchas alegrías, pero también una serie de problemas derivados de su uso. El exceso de notificaciones, especialmente en Facebook, es un mal que juega con nuestros procesos mentales y nos lleva a ser más ansiosos, improductivos e infelices. Entendamos las notificaciones de Facebook para saber cómo enfrentarnos a ellas.

notificaciones de facebook

El desarrollo de apps tiene como objetivo atraer y envolver al usuario, fomentar el llamado «engagement». En otras palabras, su negocio depende de cuán frecuentemente tú mires la pantalla. Pero esto no sucede simplemente porque la app sea interesante o útil al usuario. Las apps tiran de trucos para que pases el mayor tiempo haciendo scroll por sus feeds. Ya estés creando contenido o sólo mirando publicidad, estás generando dinero.

 

Meet ‘push notifications’

Las notificaciones push son avisos que las aplicaciones usan para llamar la atención del usuario. Suelen componerse de los típicos elementos que indican importancia o urgencia. Sonido o vibración, mensajes pop-up, símbolos de alarma y colores vivos, como el rojo.

En nuestra inocencia, como usuarios tendemos a pensar que las notificaciones están diseñadas realmente para avisarnos de cosas importantes. Para los desarrolladores, es una forma de conseguir que los usuarios vuelvan una y otra vez a la app. Lo que hacen las notificaciones de Facebook es decirte «ey, conéctate otra vez, tus amigos están haciendo cosas y te lo estás perdiendo».

Hasta cierto punto es conjugable esa intención comercial con nuestros intereses. Por supuesto, quiero que una app me notifique cuando tenga un mensaje de un amigo, porque me interesa contestar con cierta rapidez. Incluso puede estar bien que me recuerde algún cumpleaños. Pero en los últimos tiempos se está yendo de madre y las aplicaciones compiten por tu atención con notificaciones peregrinas del tipo «tu amigo fulanito está dando likes a esto», «esta empresa a la que no sigues está haciendo un video en directo» o incluso «hace X días que no entras».

Las notificaciones, que habíamos aceptado como algo que nos beneficiaba en nuestra conexión con nuestros amigos, se han revelado (y rebelado) como una herramienta invasiva que nos provoca ansiedad y estrés. Y lo sabemos, pero seguimos cayendo por el miedo a perdernos cosas (fear of missing out), algo que nos mantiene adictos a esa aplicación.

En este artículo utilizo las notificaciones de Facebook como paradigma, pero hay que decir que se lo ha ganado a pulso, pues son de lo más vacías y surrealistas.

 

Facebook y la nomofobia

Cuando hablamos de adicciones, no estamos haciendo analogías fáciles con las drogas o el alcohol. Existen males en galopante auge con la tecnología como telón de fondo. Por ejemplo la nomofobia, que es la enfermedad que padecen quienes deben estar todo el tiempo con el móvil en la mano y sienten pánico si lo dejan olvidado en casa. ¿Ridículamente familiar?

Facebook, como red social líder en usuarios, se ha convertido en la mayor evidencia de esta situación. Facebook reclama tu atención de la mañana a la noche, te pregunta cómo estás y te urge a que cuentes cosas constantemente. A través del chantaje emocional, la aplicación trata de que te conectes y des señales de vida en todo momento. Si no lo haces, estás faltando a tus amigos, con los que siempre estás cumpliendo aniversarios o a los que tienes que felicitar, pese a que tal vez vivan en tu ciudad y ni os hayáis dignado a tomar un café en el último año.

 

Tipos de notificaciones de Facebook

Pese a que Facebook continúa aumentando sus usuarios mensuales, las publicaciones personales se han estancado. El volumen sigue siendo brutal, pero para Facebook no es suficiente y por eso su estrategia es cada vez más agresiva para que contemos todo en Facebook. Si Facebook pudiera ponernos un casco y extraernos la información directamente en el cerebro, no dudaría en hacerlo. Facebook no quiere usuarios casuales, quiere técnicos de soporte 24/7.

Estás haciendo cosas en Facebook (O no)

Cuando pensamos en notificaciones, nos vienen a la mente avisos de que nuestros amigos hacen cosas y claro, nosotros tenemos curiosidad por verlo. Por eso, una de las notificaciones más absurdas y fastidiosas de Facebook es la que hace relación a tu propio comportamiento.

«Has compartido X días seguidos y tus amigos están respondiendo»

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Ok, era consciente, thanks for the info.

Naturalmente, el mensaje que te quieren mandar no es informativo, sino algo así como «lo estás haciendo bien, pero no pierdas el ritmo o dejarás de ser popular. Postea, rápido.»

De hecho ese mensaje se complementa con otro incluso más surrealista:

«Hace 3 días que actualizaste tu perfil»

Lo sé Facebook, mira como paso de tu mierda pasivo-agresiva.

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Explotando la lagrimita

Todos habremos agradecido alguna vez que Facebook nos avise de un cumpleaños. Pero admitámoslo, por cada cumpleaños relevante, tenemos unos cuantos a los que felicitaremos por compromiso. Ok, esto es un #firstworldproblem de manual, pero que Facebook nos recuerde que tenemos que conectarnos para felicitar a un conocido, es un truco un poco sucio. Y funciona en ambos sentidos; si la gente te está felicitando en Facebook, ¿cómo no te vas a conectar para agradecérselo?

cumpleaños-facebook

Después llegaron los recuerdos de Facebook. Cuando este tipo de vídeos empezaron a proliferar, eran simpáticos, graciosos, emotivos, daban ganas de compartirlos. Eran un evento que pasaba muy de vez en cuando, algo especial. Ahora, cada poco tiempo tenemos esta clase de video-montajes, por ejemplo cada año que cumplimos estando en Facebook, cada año que cumplimos de amistad con alguien, cada aniversario de una publicación popular nuestra… Facebook, no tenemos el chichi para tanta efeméride.

El punto más terrible llega cuando Facebook utiliza aspectos muy crudos de nuestra realidad para seguir generando engaging. Recientemente la red social ha incorporado notificaciones en desastres naturales, grandes accidentes y ataques terroristas. Por aquí pudimos verlo de primera mano con los incidentes terroristas de Barcelona en agosto de 2017. Si eres de la ciudad en la que sucede, Facebook te insta a que confirmes que estás bien. Entonces, tus amigos reciben la notificación correspondiente. No deja de ser otra excusa para que un usuario no demasiado entusiasta de Facebook entre e interactúe con la plataforma. Al fin y al cabo, nadie quiere que sus seres queridos piensen que les ha pasado algo por hacer caso omiso al requerimiento de Facebook. Es una forma no muy ética de capitalizar la tragedia.

facebook-barcelona-terrorismo

 

Esto funciona bien, paga para que funcione mejor

Si tienes una página, Facebook te incita constantemente a pagar para promocionar tu contenido que mejor funciona. «Promocionar contenido» significa que Facebook se lo enseñará a más gente. Es aceptable que la empresa quiera monetizar e incluso está bien que te alerte de qué posts podrían funcionar mejor con una inyección económica. Pero cualquier excusa es buena para pedirte que pagues.

Una vez más se repite la pauta; empezó como algo ocasional y ahora constantemente tienes post «promocionables», aunque no sean especialmente exitosos.

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Random shit notifications

Si a las notificaciones anteriores podríamos, poniendo mucho de nuestra parte, verles cierta utilidad para el usuario, aquí ya entramos en el terreno de la estupefacción. Facebook reclama nuestra atención para absolutamente nada.

Alguien está emitiendo un vídeo en directo -> Ok, ni siquiera le sigo. Bien por él.

Alguien creó una encuesta -> En un grupo en el que no estoy. ¡Y por poco me lo pierdo!

Alguien creó un evento cerca de ti -> Realmente esto solo es útil como el 1% de ocasiones.

Alguien posteó por primera vez en no se cuánto tiempo -> ¿Y qué? ¿Qué tipo de secta es ésta?

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Alguien acaba de unirse a Messenger. Dale la bienvenida. -> Sí claro, como si messenger fuera mi casa…

Hace tiempo que no sabemos de ti -> Aunque éste es un truco recurrente en todo tipo de plataformas online, desde apps a e-commerce, Facebook lo lleva al extremo de recordártelo por email prácticamente a diario.

A veces pueden parecer mensajes neutrales, pero realmente son cuidadas estrategias psicológicas que te llevan a publicar, ya sea provocando sensación de culpa («tengo Facebook abandonado, ¿debería postear algo?») o reafirmación («estoy teniendo éxito con mis posts, tengo que seguir así»). Facebook está jugando con nuestra cabeza.

 

 

Retomando el control

Una vez hemos reconocido que las notificaciones de Facebook gobiernan nuestra vida, algo muy cotidiano por dramático que suene, hemos de poner todo de nuestra parte para revertir la situación. Hemos de vencer el miedo a quedarnos atrás. En realidad, el mundo no cambia tanto y las vidas de nuestros amigos tampoco.

Desactivar las notificaciones de Facebook

No es de extrañar después de lo comentado, que desactivar las notificaciones de Facebook no sea un proceso fácil. Deberás entrar en configuración y desactivar todas las notificaciones que veas que son absolutamente inservibles. Ante la duda, desactiva, especialmente las que van a tu correo electrónico.

Importante, quítalas también desde tu propio teléfono. Aprovecha que aquí sí tienes el control que Facebook seguramente te negará.

Una táctica razonable es establecer horarios para atender las notificaciones de Facebook. Por ejemplo, puedes decidir mirarlas un par de veces al día, mañana y tarde.

Y si ves que esas restricciones no te funcionan, desinstala Facebook de tu móvil. Esto te libera mucho, ya que sólo atenderás las notificaciones cuando tú decidas conectarte por web. Como resulta menos cómodo, lo harás menos a menudo.

 

Reflexión final

La tecnología siempre va a reclamar nuestra atención. Nosotros tenemos que ponerle límites y conocer nuestro papel en ellas. En Facebook y en las demás redes sociales, el producto somos nosotros. De modo que al menos debemos plantearnos si queremos sacar beneficio nosotros también al usarlas o nos vamos a limitar a estar a su servicio. Hagamos todo lo posible para que las notificaciones de Facebook nos dejen seguir con nuestra vida.

 

Si te ha gustado, tal vez te interese este post sobre los errores que no debes cometer en Facebook.

 

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