Año tras año entre profesionales del diseño y gente con cierta sensibilidad estética se repite la misma pregunta no sin cierta incredulidad: ¿Cómo puede ganar este cartel para Aste Nagusia? Sabemos que en Bilbao hay talento y por si fuera poco se trata de un concurso de renombre al que se presentan candidatos de fuera. ¿Por qué el nivel no parece a la altura?
En primer lugar quiero aclarar que no es cuestión de echar por tierra el trabajo de ningún candidato al concurso ya que la responsabilidad en un concurso está siempre en quien lo elige. Tampoco el ganador de esta edición (esquina superior derecha) me parece una catástrofe al lado de algún otro finalista o carteles de otras ocasiones, tanto de fiestas como de carnavales. Está uno ya curado de espanto, pero una tipografía ramplona y un estilo demasiado Kukuxumusu, unidos al hecho de que el traje reflejado sea más bien de -facepalm- Sanfermines, lo hacen un ganador cuestionable. En todo caso, ¿alguien se cree que estos son los 6 carteles (de un total de 143 presentados) que mejor representan gráficamente la Aste Nagusia? Yo desde luego, no y estoy seguro de que ha habido, como cada año, aspirantes muy superiores a los finalistas.
Venimos además calentitos de la edición 2013 en la que, si entre los clasificados ya había alguno para dar de comer aparte, el ganador resultante (el cuarto por la izquierda, foto debajo) generó toneladas de memes con protagonistas tan dispares y poco del «botxo» como Macaulay Culkin, la Duquesa de Alba o el Ecce Homo de Borja. Desde luego hay que reconocer que el cartel lo vio todo el mundo.
Indaguemos en el asunto. El concurso es convocado por la Comisión de Fiestas del Ayuntamiento de Bilbao y establece unas pautas obligatorias (básicamente formato y texto a incluir) y buscando en sus bases podemos sacar un par de pistas acerca de este teórico bajo nivel.
Hoy vamos a hablar de:
Premio:
«La persona ganadora del concurso percibirá 3.000€. El concurso podrá ser declarado desierto en caso de que los carteles presentados no tuvieran la suficiente calidad técnica, en cuyo supuesto el jurado podrá encargarlo a un/a artista o estudio con renombre en la villa.»
No hay que olvidar tampoco, que:
«El cartel ganador pasará a ser propiedad del Ayuntamiento de Bilbao, considerándose además cedidos por el autor los derechos de explotación sobre dicho cartel en las modalidades de reproducción, distribución y comunicación públicas; todo ello con carácter exclusivo y a favor del Ayuntamiento.»
El sentido de estas citas es indicar que 3.000€ no es ninguna bicoca para un cartel de unas fiestas que generan una actividad económica más que interesante. Por este motivo, los concursos de diseño son una práctica que no goza de demasiada popularidad entre el sector y por tanto se presta a que participen más aficionados o estudiantes que profesionales, a los que les renta poco eso de trabajar «gratis» quizá para nada. Si acaso, el orgullo de ganar y representar a la ciudad.
Jurado:
«Será el designado por la Comisión de Fiestas y estará compuesto por 6 miembros, 1 de ellos relacionado con el mundo cultural y social de Bilbao, un representante de Bilboko Konpartsak, un representante del mundo del diseño y tres representantes de la Corporación incluida la Presidenta de la Comisión de Fiestas.»
Aquí está creo yo, la madre del cordero. Con todos los respetos, estamos hablando de un concurso de carteles. El cartel es diseño gráfico y sólo una de seis personas en el jurado proviene del mundo del diseño. Estamos hablando de un peso ridículo en la elección, más aún frente al hegemónico 50% que copa el ámbito político. ¿Pero acaso el cartel trata de política o de gestión municipal? Se entiende la presencia de la Presidenta de la Comisión de Fiestas, pero aún queriendo dejar el peso del diseño en anécdota, ¿por qué otros dos ediles en vez de, no sé, un barrendero o un policía municipal, que ya puestos son colectivos con el mismo grado de sensibilidad gráfica y representarían otro gremio en las fiestas?
Parece además que el truco sea lavarse las manos dejando elegir finalmente al público y así poder tachar de elitista a quien no le guste el cartel ganador. El problema es que si no seleccionas de entrada 6 carteles muy buenos, el público puede verse en la tesitura de votar entre opciones mediocres. Y si tienes que elegir entre Guatemala y Guatepeor…
La marijaia y la baldosa de Bilbao
Otro de los grandes lastres de este certamen a mi juicio es la obsesión con los símbolos de siempre. A estas alturas nadie concibe un cartel sin un papel importante de la Marijaia o de la baldosa de Bilbao. Son motivos que aún pueden dar mucho de sí y lo darán, pero creo que se ha enseñado al bilbaino a obcecarse en ello y a mirar con recelo un cartel sin dichos elementos. No hay más que escrutar los 6 finalistas de este año:
1. Marijaia
2. Baldosa
3. Marijaia (cartel ganador)
4. Marijaia a lo lejos (arriesgado, pero lo de sacar justo un trozo de suelo de Bilbao sin la baldosa, directamente suicida)
5. Marijaia no demasiado explícita (arriesgado)
6. Marijaia
En fin, que creo que va siendo hora de que Bilbao, una ciudad que quiere ser capital del diseño, una villa que luce orgullosa un museo de arte moderno como seña de identidad internacional, trate la imagen en sus fiestas patronales con algo más de cuidado. En cualquier caso, hoy empieza lo bueno así que Gora Marijaia! y feliz Aste Nagusia a todos.
Hola te invito a seguir mi blog http://ladelibroabierto.wordpress.com/2014/08/12/un-amor-hipster-como-el-de-las-peliculas/
jaja, Muy buena la entrada, aclaro que soy de Chile, pero el tema de la selección de obras ganadoras , empleando dudoso criterio, traspasa las fronteras , debo admitir eso si que hay una linea estipulada de seleccionar las obras con un estilo demasiado «Kukuxumusu en el caso de este concurso de afiches ,» como que la mayoría estuviesen de acuerdo. A esta altura de la vida pondría también en duda si esos profesionales del diseño que conforman el jurado , no habràn votado tambièn ellos a favor del estilo Kukuxumusu. Yo en los concursos generalmente ya estoy asumido que el jurado es la madre del cordero y frente a su criterio o descriterio, no hay nada que hacer, más aun que en sobre gustos no hay nada escrito, muchos profesionales, no solo del ámbito del diseño, sino que también editorial y en casi todo orden de cosas, se han equivocado de lleno con las obras seleccionadas o con los escritores. Lo que nos queda es precisamente esto, denunciar, declamar, anunciar estos errores, para que al menos sintamos que el buen gusto no ha muerto o para despertar sospechas o suspicacias. Muy buena entrada , los felicito.
Gracias corvett05.
En efecto, a veces puede ser insignificante una protesta, pero hay que hacerla para ver si se puede encauzar mejor el asunto en el futuro. Y si no, pues aunque sea para desahogarse, ¿no? 😉
¡Saludos desde Bilbao!