Aunque parece mentira los Pixies están de vuelta. El cuarteto de Boston puso patas arriba el underground a finales de los 80 y se fue como si tal cosa, sin apenas sospechar lo que iba a cundir lo suyo a bandas como Nirvana, The Smashing Pumpkins, Weezer, Radiohead o incluso a artistas por entonces consagrados como David Bowie.
Llevan años coleando su regreso en directo, pero su nuevo EP nos ha venido de sorpresa, de la noche a la mañana y sin las en ocasiones tan cansinas estrategias de marketing previas. Sólo cuatro canciones que nos han caído sin que pudiéramos crearnos expectativas previas. Es una sensación refrescante y que vuelve a hacer excitante el escuchar un disco por primera vez. El cuarteto, ahora con Kim Shattuck (The Muffs) a bordo, ha sabido utilizar su relevancia para hacer lo que les ha venido en gana y ya sólo por eso cabe felicitarles.
Eso sí, con la noticia de que ya podíamos comprar el disco, llegaba el vídeo del single «Indie Cindy», que es una canción rara al más puro estilo de la banda. Hilada por una melodía de fondo, se adentra en un complicado rock garajero de traspieses rítmicos sobre el que Black Francis se dedica al speech libre en un clima salvaje que da paso a un luminoso estribillo pop. La sensación de que el vocalista y su carrera hacen sombra a la banda es innegable y por otro lado lógico, siendo el único a bordo que ha contado con una carrera discográfica notable. Así sucede cuando escuchamos la estruendosa «What Goes Boom» con una obsesión eléctrica y coqueteos hard-rock más propios del trabajo de Black en solitario.
«Another Toe in the Ocean» es una canción relajada marcada por esos bajos tan suyos (tan de Kim Deal en realidad) y que muestra a una banda más clásica que nunca, basada en unas melodías muy californianas, resultando pegadiza al extremo. Terminando en orden inverso, la más chocante «Andro Queen» abre el disco con voz filtrada y tono épico. Como canción se queda un poco a medias y desde luego es la menos asociable con la banda que conocíamos.
Pero, pensemos en la efímera y sin embargo sólida carrera que los Pixies llevaron en su día, en la evolución y la riqueza interna de cada uno de sus discos. ¿Podemos acusarles ahora de desviarse de un sonido, supuestamente tan definido? Pensemos también en el seguimiento de la banda, que quizá cuente con el culto más numeroso y a la par heterogéneo de la música alternativa. Pixies es la banda rarita que acabó haciéndose con los corazones de casi todo melómano. Sólo bajo ese prisma cabe juzgar sus nuevas composiciones.
No me desagrada la canción, suena a ellos. Andro queen en cambio no me tira tanto. Ya están mayores… cuestionar su estilo o su sonido ahora no sería del todo justo. Como bien dices, su música acabo enamorándonos a todos!
saludos,