¿Qué dicen tus fuentes? Lo que las tipografías esconden

¿Conoces el significado de las tipografías? Todos sabemos que las diferentes fuentes tipográficas tienen una personalidad y un efecto en cómo recibimos un mensaje. Diferentes familias tipográficas transmiten diferentes valores, pero, ¿somos capaces de aislar esos valores? Es importante conocerlos para usarlos en nuestro favor.

Las tipografías tienen el don de la ubicuidad. Nos asaltan por la calle en letreros, carteles, rótulos… nos enfrentamos a ellas sin tregua en cualquier trabajo de oficina y es más, nos siguen a todas partes en la pantalla de nuestro móvil.

Y no son simples dibujos con forma de caracteres, tienen una intencionalidad, transmitirnos el mensaje de la mejor forma posible. Y ya sabes que el trabajo del diseñador y del redactor se junta en el mensaje.

Al igual que  existe una psicología del color de la que se habla mucho, existe una psicología de la tipografía. Y como bloguear en estos términos de «psicología» siempre me ha sonado un poco a rollo de autoayuda, simplemente vamos a hablar de la personalidad de las fuentes tipográficas y los valores o sensaciones que transmiten. En definitiva, del significado de las tipografías.

La cuestión de fondo es que no podemos tratar las tipografías como «bonitas y feas». No hay que quedarse en la superficie, ya que cada fuente conlleva unas cualidades y unos valores que debemos conocer para sacarles el mejor partido.

Hagamos un rápido experimento: observa los siguientes textos.

Los mensajes son claros y todos se leen bien, pero, ¿no notas algo que chirría? Si es que no, no importa, sigue leyendo que enseguida lo vas a entender. 😉

Tipografías Serif (con serifa)

Ya hemos hablado en otros articulos de los dos grupos tipograficos más comunes, que se diferencian por su uso o no de “serifa” o remates.

Las fuentes Serif, también llamadas etruscas, vienen de muy antiguo y esos remates no eran un capricho. Cuando las letras se tallaban en bloques de piedra, se hacía complicado que los bordes quedasen rectos. Para camuflar esto se inventaron estos remates, que ya se han quedado con nosotros para siempre.

Se trata de tipografías que a menudo se utilizan para los textos largos y en formato impreso. Esto sucede por que la sucesión se serifas crea una línea imaginaria que ayuda al ojo a continuar los renglones. Si te das cuenta, 90% de los libros están impresos con alguna tipografía con serifa.

Seguro que si te aventuras a citar los valores que transmiten estas letras, lo tienes bastante claro: clasicismo, tradición, seriedad, sofisticación, respeto… en general valores positivos que son antiguos pero atemporales.

Tradicionalmente han sido muy usadas en logotipos, aunque en los últimos años, sobre todo con el impacto de lo digital en el marketing, muchas empresas han cambiado sus logos en favor de tipografías sin serifa, escudados en la legibilidad. Esta corriente, criticada por el efecto de homogeneización resultante, se ha conocido en el mundo del diseño gráfico como serifacidio.

QUELLE EPOQUE pic.twitter.com/KSwNPCM1L4

— Adrien Havet (@adhavet) December 12, 2018

Aún así, puedes esperar encontrártela en logotipos de instituciones y universidades de prestigio, firmas de moda -que no hayan sucumbido al serifacidio-, productos artesanales, etc.

Fuentes con serifa populares: Book Antigua, Garamond, Georgia, Times New Roman.

Tipografías Sans Serif (sin serifa)

En contraposición, las fuentes sin serifa se presentan como limpias y rotundas al prescindir de la «floritura» que aporta la serifa. Suelen tender hacia lo geométrico, evitando curvas caprichosas y cambiándolas por formas más regulares y vértices rectos. Su resultado es pulcro, perfecto y maquinal, claramente opuesto a las imperfecciones de una escritura humana.

Surgen en Inglaterra en la primera mitad del siglo XIX y están muy ligadas a la tipografía comercial. Son fuentes perfectas para textos cortos y palabras sueltas impresas o presentadas en pantalla a tamaño grande. Por ello ha sido muy utilizada en cartelería y titulares, antes de conquistar páginas web y apps.

Una combinación de fuentes clásica y eficaz es la de textos que hacen uso de titular sin serifa y cuerpo con serifa – como en este mismo blog-, aunque también se pueden conseguir buenos resultados intercambiando estos roles.

Las tipografías sin serifa transmiten modernidad, contundencia, seguridad, minimalismo y neutralidad. Este último valor es el que las hace más controvertidas, pues para algunos diseñadores son caracteres tremendamente versátiles con los que es difícil equivocarse, mientras que para otros son frías e inexpresivas.

Personalmente me gustan mucho, porque creo que entregan el mensaje de la forma más directa y sencilla posible. Pero es cierto que si tu mensaje quiere transmitir calidez y humanidad, puede que no tengan esa empatía. Además, existe tal sobreuso de ellas que cada vez más, las letras con serifa aparecen como rompedoras a su lado.

Algunas de las fuentes más conocidas de esta familia: Arial, Gill Sans, Tahoma, Verdana y por supuesto, Helvética.

Tipografías Egipcias

Las egipcias, slab serif o mecanas, son lo que tendríamos de un cruce de las fuentes serif y las sans-serif. Son rotundas y rectas como las segundas, pero se dan el caprichito de tener remates bastante exagerados, aunque más rectos.

Son tipografías generalmente pensadas para textos de pocos caracteres, aunque el formato web les ha dado una segunda juventud. El significado de las tipografías egipcias tiene tono imperativo, demandan atención y son juveniles, a la vez que comparten algunos valores con las serif (prestigio) y otros con las sans-serif (seguridad, contundencia).

Algunas slab serif relevantes: Clarendon, Egyptienne, Memphis, Courier, Rockwell.

Tipografías Script

Son las fuentes manuscritas, aparentan estar escritas a mano y generalmente con tendencia a la cursiva. Lógicamente cuentan con los rasgos propios de este tipo de escritura, con las letras ligadas entre sí y curvas más pronunciadas.

Son tipografías que transmiten fantasía, elegancia, intimidad y creatividad, si bien su significado puede variar mucho. Tenemos desde tipografías que imitan la meticulosa escritura de un monje benedictino, hasta las que reflejan la despreocupación de la letra de un niño. También tenemos aquí nuestra querida/odiada Comic Sans, esa fuente que no falta en los favoritos del procesador de textos de todo cuñado.

No son de las más usadas en logotipos o titulares ya que su expresividad es muy grande y su legibilidad no es la mejor, al ser de trazo fino. Por contra, son tipografías que permiten diferenciarse mucho más de la competencia y las marcas que se atreven con ellas consiguen personalidades muy definidas.

Algunas tipografías manuscritas famosas son Gótica, Vivaldi, Edwardian, Mistral y Comic Sans.

Tipografías Decorativas

También conocidas como fuentes display, este apartado lo usaríamos de cajón de sastre de todas las tipografías que no caben en los anteriores grupos. Seguro que te ha pasado como a todos ir a buscar una fuente porque querías «alegrar» un texto, tal vez para alguna felicitación, por ejemplo. Claro, una Helvetica queda un poco seca para un «Feliz Cumpleaños», ¿no? Pues eso, aquí irían todas esas fuentes que no siguen ninguna pauta.

Son fuentes que identificamos como divertidas, festivas, desenfadadas, graciosas… no suelen ser las mejores para marcas, porque no transmiten seriedad. Pero ojo, que si nuestra marca se dedica a fabricar gominolas no le pondremos ni un pero a este tipo de fuentes. Tampoco suelen ser las más legibles.Algunos ejemplos son Esténcil, Art Nouveau, Pop Art o Grune aunque realmente hay miles y con poco o nada que ver entre sí.

Cabe mencionar de pasada otros tipos de fuente tipográficas bastante especiales como las Blackletter, Old English o góticas, que son esas fuentes que imitan la escritura en tinta en la Edad Media en Europa; o las Monospaced, cuyos caracteres ocupan todos el mismo ancho y se asocian a las primeras máquinas de escribir y al código fuente de los ordenadores.

Controla siempre el significado de las tipografías que uses

Por último, es importante a la hora de transmitir valores y sensaciones la diferencia entre fuente y familia tipográfica. Si bien la mayoría de valores que transmite una familia tipográfica son comunes a todas sus tipografías, resulta obvio que cada fuente existe precisamente porque aporta algo que el resto no, ya sea mayor dinamismo cuando hablamos de una itálica, autoridad cuando hablamos de una negrita, etc.

Con todo esto que hemos aprendido ya sabemos adjudicar fuentes tipográficas más acordes a cada caso. Mira ahora los mismos textos con otras tipografías.

Ahora tenemos fuentes con valores que se ajustan mejor a cada mensaje. A saber, clase y elegancia en primer lugar, profesionalidad y modernidad en el segundo, alegría en el tercero y tradición en el cuarto.

Ya ves que el mundo de la tipografía es eso; todo un mundo. Y que los buenos diseñadores no utilizan tipografías al azar, así que, ¿por qué ibas a hacerlo tú? Eso sí, tampoco te obsesiones; a la hora de elegir fuentes no existe una sola respuesta adecuada. El significado de las tipografías depende de muchos factores de contexto, como con que otras fuentes la emparejes, con qué colores las combines o el estado de ánimo que pueda tener quien ve tus diseños.